Libros, libros y libros.


¡Hola bonit@s!

Hoy es lunes y como resulta que me parezco a Oliva más de lo que me gustaría... yo también odio los lunes con todo mi corazón. Me he levantado con toda la energía del mundo, pero después de hacer ejercicio, ducha, paseo al perro, limpiar la casa y planchar (odio planchar aun más que los lunes), pues mis ganas han ido menguando y, cuando me he sentado en el ordenador, me he dado cuenta de que estoy bastante espesa como para que me salga algo bonito. Así que voy a aprovechar el tiempo y a contestar a otra de las preguntas que me han hecho últimamente: mis libros favoritos.

La verdad es que, en mi caso al menos, con los libros me pasa un poco como con las canciones, que no puedo decir una, o quizá sí que puedo, pero según el momento. Es decir, si me preguntáis hoy os puedo decir uno y mañana otro. Lo que sí que es cierto, es que hay libros que me han marcado o, más bien, han marcado una época de mi vida.



Leí Lolita de Nabokov con dieciocho años y, si bien es cierto que me costó un poco por su densidad, me dejó sin palabras. Lo primero por su contenido erótico, obviamente, pero también por su reflejo de la sociedad y de la moralidad. De hecho, está el próximo en mi lista de re-lecturas.

El mundo de Sofía de Gaarder me lo regaló mi padre en mi adolescencia. Aquí tengo que confesar que tardé como cinco años en terminármelo, pero no porque no me atrajera (de hecho me encanta la filosofía), sino porque, por un motivo o por otro, cada vez que lo empezaba lo volvía a aparcar un mes y, al retomarlo, nunca lo recordaba todo, así que lo empezaba de nuevo. No deja de ser una guía sobre la historia de la filosofía, pero me trae buenos recuerdos y en su momento me encantó.

También tuve mis momentos con Paulo Coelho. Con él mi relación es un poco de amor-odio, porque tiene obras que me encantan, pero por otro lado... me repatea un poco ese halo de religiosidad con el que lo envuelve todo. Aun así, Brida, Veronika decide morir y La bruja de Portobello, me acompañaron durante un tiempo.

Otra novela que me fascinó fue American Pshyco de Bret Easton Ellis. Sé que hay gente que no puede con ella, pero quizá mi psicópata interior está más desarrollada de lo que pensaba. El caso, es que aunque cuesta un poco al principio meterse en la novela con tanta descripción, si consigues hacerlo es bestial. Para mí lo fue.

No puedo olvidarme de Tokio Blues, de Murakami, que me la recomendaron en la universidad, y que es tan bonita, que ojalá la hubiera leído antes.

Podría estar horas escribiendo, así que este post no tiene demasiado sentido, porque empiezo a pensar y me dan ganas de borrar lo anterior y escribir otros títulos nuevos; además, conociéndome, seguro que me he olvidado de los más importantes.

De lo único que estoy segura es de que quiero terminar con una novela juvenil que leí no hace mucho, creo que no hace ni dos años, y que, no sé por qué motivo, me marcó de tal modo que acabé tatuándome una de sus frases más célebres en el brazo.
Las ventajas de ser un marginado, de Stephen Chbosky, y de verdad que no me preguntéis el motivo, porque no lo sé, se convirtió para mí en una novela especial, tanto, que una de sus citas aparecerá en La lista de Mario. Con ella me despido:

"Aceptamos el amor que creemos merecer".

Y vosotr@s, ¿tenéis también algún libro especial?

Comentarios

  1. Para mi sin dudarlo , mi libro más especial es el de el Médico de Noah Gordon,cuando me da la ventolera lo vuelvo a releer, siempre me sorprende , será que tengo memoria de pez y me olvido de cosas

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  2. Lo tengo en mi lista de pendientes. Ese es el poder de los libros, que aunque los leas una y otra vez siempre puedes sacar algo nuevo de ellos ;-)

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  3. Si yo tuviera que elegir un libro sin duda sería "La historia interminable" y sencillamente porque fue el LIBRO que me hizo enamorarme de la lectura, a partir ahí, tengo un montón de libros que me han gustado. Yo soy de etapas, he tenido épocas, las que me dio por el suspense, otras que leía novela de terror, en fin… que creo que he leído de todo, ahora estoy en una etapa en la que lo veo todo rosa y si además me rio mejor que mejor.

    Un beso enorme

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  4. ¡Ese libro también es uno de los recuerdos de mi infancia! Siempre quise tener un perro que se pareciera a Fuyur jajaja.

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