Neïra

Como bien dice el título de esta entrada, julio para mí ha sido un mes un poco de subidas y bajadas. Me había planteado estas semanas como unas tranquilas, en las que ponerme al día de cosas pendientes, en las que leer más y ver series acumuladas, en las que descansar en la medida de lo posible sin dejar de trabajar un poquito cada día. Pues bien, he hecho todo eso y no. Me he ido de vacaciones unos días, me han hecho tía por segunda vez y he terminado de escribir un proyecto antiguo que me ha servido para desconectar un poco a nivel emocional y entretenerme. He leído buenos libros y he visto algo más de cine que tenía demasiado a la espera. He disfrutado del subidón que me ha regalado Jimena y lo he compartido con cada una de las que me habéis escrito para decírmelo. Pero también me he pasado una semana entera prácticamente en la cama por una migraña eterna que no se iba, como un recordatorio constante de mi cerebro que me decía que tengo que darle un respiro. No lo sé, el caso e

Siempre os digo que cada proyecto es un mundo, y esta vez no iba a ser diferente. Conocí a Jimena y a Bruno de repente; llegaron a mi cabeza y ya no se movieron de allí hasta que plasmé su historia en el papel. Una historia que he escrito rápido, en apenas cuatro meses. Una historia que vi (casi) de principio a fin y que no pude parar de escribir hasta que la terminé; con la que tuve muchas dudas, pero que me salió sola. Como en todas las anteriores, hay muchas cosas que no se ven y que ahora quiero compartir con vosotras. Eso sí... está lleno de SPOILERS , así que si aún no la habéis leído... huid ¡insensatas! Y no es un consejo, es una orden, porque os cargáis la novela entera. Avisadas estáis. ¡Allá vamos!

El mes de junio comenzó de una manera que nunca creí que podría... conmigo en la Feria del Libro de Madrid. Nunca había asistido, ni siquiera como lectora, y ha resultado ser una de las experiencias más bonitas de mi vida. Poneros cara a muchas de vosotras, darnos un abrazo, charlar como si fuéramos amigas de todos los días, conocer a compañeras y compartir con ellas consejos e ideas. Momentos y recuerdos que me hacen sonreír como una psicópata y que siempre llevaré conmigo. ¡Prometo volver siempre que me sea posible! Aquí las chicas de oro en la noche madrileña, ¡que no todo iba a ser firmar!