Adiós, 2018...

Siempre que me siento a escribir este tipo de entradas lo hago un poco nostálgica. Pese a ello, me pongo a recordar y que la sonrisa salga sola es la mejor señal para concluir que ha sido un gran año.
Antes de nada, yo aviso... me he pasado divagando, así que, si no queréis seguir leyendo, ¡lo entenderé! 😆😆😆

Si echo la vista atrás, 2018 ha sido bonito. Ha sido un año de trabajar mucho, de tomar decisiones de las que cuestan por su importancia, de pasar demasiado tiempo entre palabras y quizá menos del que debería con los míos, de leer mucho, de conocerme un poquito más, de aceptar en lo que me voy convirtiendo...

Empezó de un modo increíble. Enero le dio la bienvenida a Eva. Ya había publicado algún título con editorial, pero era mi primera experiencia real fuera del mercado digital y... daba un poco de miedo. ¿Un poco? Mucho, siendo sincera. Pese a ello, recuerdo que, por primera vez en mi vida, me sentía bastante segura. Quizá porque comenzaba a interiorizar que yo escribía y que puede que no lo hiciera tan mal, después de todo.

Amor se escribe con H y otras maneras de decirte que te quiero fue la primera prueba que suponía un salto fuera de la zona de confort que Amazon y las redes sociales habían sido hasta entonces para mí. Y dejadme decir que fue increíble. La primera vez que vi la novela en la Fnac me temblaban las manos. Sentía que era algo gigante, un sueño que me había acompañado desde niña y que, sin ser muy consciente, había logrado. Poco después comenzaron a llegar las opiniones, los mensajes, vuestras fotografías y palabras de cariño. INMENSO. También las críticas, esas que entiendes, que aceptas y que te guardas para seguir aprendiendo y mejorando. Y las que escuecen y no compartes, mucho menos si nacen para hacer daño. Sin embargo, eso es parte del proceso y llega un momento en el que, incluso las más tóxicas, solo suman y las transformas en energía para continuar.

¡La primera vez que vi el libro en una librería!
Los primeros meses del año los dediqué a escribir como una loca.

Terminé la novela que a día de hoy, junto a Fuimos un invierno, más me ha hecho sentir (OEFNHDA). Una historia adulta contemporánea que saldrá en el 2019 con editorial y que espero con ganas que aceptéis y disfrutéis.
¿Cómo fue su proceso? Pues... la vomité. Me metí tanto en su mundo y en tan poco tiempo que, casi un año después, aún siento un nudo solo con escuchar canciones que les pertenecen, ver imágenes o cualquier cosa que me los recuerde.

También terminé la historia de Oliver. Había dejado Flores para Julia a la mitad cuando Lola apareció en mi cabeza y tuve que escribir la suya sin parar hasta poner el fin. Así que cuando lo hice, la retomé y fue... complicado. Me costó. Tuve que seguir sin permitirme un tiempo de descanso con Un cielo sin Luna para que la serie Polos Opuestos no me dejara ese sabor agridulce que siempre asociaré con el jardín de Julia.

Ay... la pequeña Luna. Qué momentos. Qué intensidad. Qué bonito fue viajar a su lado.

Por otro lado, tuve que tomar decisiones. Cuando andas a medio camino entre la autopublicación y la editorial la inseguridad es una constante (algún día os hablaré de mi experiencia en ambos lados). Parece mentira que sea así, pero recibes una oferta y, en vez de saltar de alegría, sufres. Lo haces porque no sabes si será lo mejor para ese proyecto que es tan importante para ti y de nuevo llegan el miedo, las dudas y la parte fea del riesgo.

No obstante, al final tienes que decidir. Y lo hice. ¡Veremos si me equivoqué o no!

¿Andáis perdidas? Estamos a finales de mayo. Carlota y el cactus de color rojo acaba de publicarse en digital mientras yo estoy caminando por las calles de un París nevado con Luna y Étienne.
¿Qué deciros de Carlota? Pues que, como siempre, me sorprendisteis.
Carlota me demostró que la sencillez puede ser preciosa, y divertida, y entrañable. Dudé mucho sobre si publicarla o no. A ratos sentía que no estaba a al altura. Luego me di cuenta de que hay momentos para todas las historias y de que, si la escribí, fue porque la disfruté. ¿Por qué no ibais a hacerlo vosotras?

En resumen, los primeros seis meses trabajé mucho, pero tenía sentido. Estaba inspirada, las historias salían solas y solo eran borradores que pulir. Además, quería dejarme los meses siguientes libres para otras cuestiones.

Así que cumplí y llegué a la Feria del Libro de Madrid con Un cielo sin Luna terminada y con muchísimas ganas de disfrutar de esos días al máximo.

¡Mi primera FLM oficial!
GRACIAS a todas las que hicisteis que fuera una experiencia increíble.
¿Os cuento un secreto? Ni la editorial ni yo teníamos muchas expectativas de que a la firma fuera mucha gente, pero ¡vosotras las cumplisteis con creces! Os acercasteis tantas a saludarme que no tengo palabras.

Después llegaron los actos en mi ciudad. Mi primera experiencia en El Corte Inglés y en la Plaza Mayor de Valladolid (sin olvidarme del 23 de abril, donde también celebramos El Día del Libro), ambas increíbles.

¿Y luego? Pues llegó el verano y entré en un bucle de correcciones que no se lo deseo ni a mi peor enemigo. Junio, julio, agosto y septiembre. Cuatro meses en los que preparé dos novelas para autopublicar (varias correcciones, maquetación, portadas... etc), me pasaron las galeradas de April, Adam y la trayectoria de los planetas, y tuve que releer antes de enviar el borrador definitivo de OEFNHDA. Sí, el peor verano de mi vida. Estaba tan cansada que pensé que tendría que posponer la publicación de Luna, pero, por otra parte, tenía el calendario de 2019 cerrado y no podía guardarla en el cajón hasta el 2020. Así que... me dejé los ojos y un poco la vida, ¡y lo conseguí!

Espero que el esfuerzo (y lo poco que me ha dado el sol este año) mereciera la pena.

En septiembre Flores para Julia salió al mundo. Lo hizo con más discreción que otros títulos míos, pero, a la vez, me di cuenta de que se convertía en una de las novelas de las que más feedback por privado recibo.

En octubre, Un cielo sin Luna completaba una serie que me ha dado muchas alegrías desde que Jimena apareció en mi vida.

Y, por fin, me relajé... Llevaba sin escribir desde finales de mayo. Puede parecer poco, pero para mí es una eternidad.
A mediados de octubre me senté y apenas hace dos semanas he terminado un nuevo proyecto juvenil; mi primera novela en la que solo hay algo de amor de pasada... y con la que he vuelto a salirme de mi zona de confort. Se trata de un proyecto que empecé en 2017, pero que aparté, y al que le había llegado su momento.

¿Recuento?

- Cuatro novelas escritas, aunque de dos de ellas (Oliver y la juvenil) ya tenía la mitad del año anterior.
- Cuatro novelas publicadas (espero NUNCA verme en una igual, por mucho que os guste que publique tan a menudo).
- Millones de proyectos empezados, abandonados y viajando por mi cabeza.

Como veis, a nivel profesional ha sido un año duro, pero muy satisfactorio.

A nivel personal, muy bonito.

2018 ha sido el año en el que me he abierto un poquito más.

No sé por qué fue, si porque una de las novelas lo pedía (no voy a hacer spoilers) o porque comencé a darme cuenta del tabú social que rodeaba al tema y quise aportar mi granito de arena, el caso es que conté por primera vez en alto una parte de mi vida que guardaba solo para los míos.
Os hablé en una nota de autora de mis dos pérdidas; de mis dos abortos.
Dolió, pero sirvió para que muchas también lo hicieseis y que se convirtiera en una experiencia preciosa y positiva.

2019 viene con ganas...

De momento os puedo contar que con dos proyectos editoriales (tanto en digital como en papel), y con muchas ganas de seguir escribiendo, aunque aún ando un poco perdida sobre mi siguiente objetivo...
¿Romántica adulta? ¿Juvenil? ¿Fantasía? ¿Drama?

¡Las posibilidades son tantas que no me decido!

Lo que tengo claro es que seguiré probando y probándome.

Si el 2018 me ha dejado alguna enseñanza, esta es que aún no tengo muy claro quién es Neïra, pero me muero de ganas de descubrirlo.

Feliz año, familia.
Gracias por leerme.
❤️Gracias por hacerlo posible❤️

Comentarios

  1. Tengo que ponerme las pilas para estar al día con lo que vas publicando, porque me lo pienso leer todo! ;) Mucha suerte este 2019

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    Respuestas
    1. Hola, Cora!!
      Muchísimas gracias y feliz año para ti también!
      Un besazo.

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