Consejos que ojalá me hubieran dado cuando comencé en esta aventura de escribir

¡Hola, familia!

La entrada de hoy es un poco especial. Llevaba tiempo queriendo escribir sobre mi propia experiencia en el mundillo, lo que ocurría era que me sentía demasiado novata como para hablar de ciertos temas. Sin ánimo de ofender, me da la sensación de que todo el mundo tiene conocimientos suficientes tanto sobre el mundo editorial como sobre el de la autopublicación, regala consejos como verdades universales y se atreve hasta a formar y guiar a personas que quieren iniciarse.
Esto no va de eso (estoy a años luz de estar preparada para algo así). Esto solo es un cúmulo de reflexiones que me he permitido hacer después de echar la vista atrás a estos últimos 4 años y que me gustaría compartir con vosotras.

Es una opinión subjetiva, basada en mi experiencia personal y después de haber publicado tanto por mi cuenta como con editorial (a raíz de esto he decidido publicar próximamente otra entrada contando lo que he aprendido en ambos lados).

Desde que esta aventura comenzó, no os podéis hacer una idea de los mensajes que recibo en los que me han preguntado millones de cosas relacionadas con esta profesión, con mis inicios, con los pasos que he ido dando... con todo eso que he ido aprendiendo por el camino. Pues bien, he recopilado una serie de consejos. Ya no los que doy a los demás cuando me los piden, sino más bien los que me hubiera gustado que me regalaran al principio de este sueño.

Quizá os valgan o quizá no, al final cada trayectoria es única y no existe ninguna mejor que otra, pero si ayudo a una sola personita, esta entrada ya habrá merecido la pena.

Sé paciente

No os podéis imaginar el daño que hace la impaciencia. Toda mi vida me habían descrito como una persona paciente. No obstante, me he demostrado que no lo soy tanto. Ojalá alguien me hubiera dicho que esperase. ¿Cuándo? Siempre. Cuando terminé una versión de Oliva que aún era demasiado mejorable. Cuando publiqué la primera parte de Daniela sin haber siquiera empezado a escribir la segunda. Cuando me obcequé en sacar Valiente Vera, pequeña Sara en la fecha que le correspondía en mi cabeza y quizá... quizá perdí otros caminos por hacerlo. En cada ocasión en la que he querido correr antes que andar.
¿Sabéis qué? En realidad todo ha ido demasiado bien como para quejarme; pero es que no os hablo de los resultados del éxito, estos son demasiado imprevisibles y yo soy afortunada, sino más bien en la imposibilidad de dar marcha atrás después.
Por eso os digo, sed pacientes. No os tiréis a la piscina solo por las ganas de publicar para antes de ayer. En ocasiones, la clave de que una obra sea una más o algo importante para nosotros se encuentra en esa espera. A veces no tenemos que elegir nosotros el momento de una novela, sino que es ella misma la que encuentra el instante perfecto para salir al mundo.

Escucha todos los consejos, incluso los que no te gusten

Y juro que esto no es solo la excusa para que sigáis leyendo esta entrada...


Puede que nos lleguen consejos que no valoremos o que pensemos que no son para nosotros, pero entre todos los que nos den, seguramente en el futuro rescataremos alguno. Nunca se sabe cuándo, pero no está de más guardarlos.
Aún recuerdo a mi amiga Alice Kellen diciéndome que tenía que cortar en Fuiste mi verano... No lo hice, y no porque no supiera que tenía razón, sino porque no supe hacerlo ni me di tiempo para aprender (la paciencia, ejem). Ahora, con un poco más de camino recorrido, sé que la mayoría de las veces menos es más. Aún me cuesta, ya sabéis que yo soy de las que se van por las ramas con facilidad, pero voy aprendiendo. Y escuchando. Lo bueno, sí, pero sobre todo lo malo. Juro que escuece un rato, pero después alivia. 

Potencia tus virtudes

Parece lógico, pero no siempre lo hacemos. Está muy bien escribir lo que nos nace, lo que nos apetece en cada momento, sea lo que mejor se nos da o no, pero no debemos olvidar que si de verdad pretendemos encontrar un lector que se sienta envolver por nuestra historia, debemos dar lo mejor de nosotros. Y eso pasa por potenciar aquello con lo de verdad lo consigamos. A mí me encantan los diálogos chispeantes, de vez en cuando intento colarlos en algunas historias, pero, sin duda, sé que la parte narrativa con carga emocional es lo mío, lo que más traspasa las páginas y con lo que más cómoda me siento. Encuentra lo tuyo y vívelo.
Reconozco que no siempre esto es fácil, pero solo consiste en darse tiempo a uno mismo y, al final, acabarás encontrando tu camino (la paciencia de nuevo, ¿lo veis?).

Lee

Mucho. Sin parar. Yo ya lo hacía, pero cuando comencé a escribir me di cuenta que para mí era la mayor fuente de aprendizaje. De cualquier género, a ser posible. Sé que hay escritores que confiesan sin pudor que leen poco (o incluso nada), pero en mi mente eso es inconcebible. ¿Os imagináis que un cantante no escuche música? ¿Que un cocinero no disfrute comiendo fuera de su cocina? Pues eso.


Escribe

No estoy de broma. Escribid mucho. Y no me refiero a sentarse delante del proyecto que tengáis entre manos y continuar con él, no. Me refiero a abrir un documento en blanco y soltar todo lo que nazca en ese momento, sin pensar, sin control, sin filtros. Aunque luego lo borréis. Aunque sea basura. Pero sirve para desinhibirse, superar bloqueos, para liberarnos y coger soltura. Funciona, palabrita. También tiene su parte negativa, y es que podéis llegar a tener 569 documentos abiertos y que os gusten todos, como me pasa a mí, pero supongo que la parte positiva compensa un poquito la locura añadida.

Para y respira
Hay días malos en los que no sale nada. O semanas. O meses. No fuerces y abandona si hace falta. Yo lo he hecho. Tengo novelas a medias, otras que acabaron siendo borradas, porque odiaba solo ver la carpeta esperándome. Y es que... aunque no apetezca, hay que hacerlo. Parar. Respirar. Meditar qué es lo que estamos haciendo mal. Tomar decisiones. Quizá cerrar el archivo y abrirlo mucho tiempo después; puede que así descubramos que entonces sí que es su momento. ¿Quién sabe? Pero, y esto es para mí un principio básico, no terminéis una novela por obligación. Entiendo que a veces es cuestión de fechas de entrega si hay una editorial de por medio, pero no hablo de eso, sino de escribir algo que no nos gusta, que no nos llena, que cojea. Siempre tendréis la espinita dentro. Confieso que a mí eso no me ha pasado, pero sí que me he visto en la situación de escribir con desgana. ¿Os lo cuento? Venga, seguro que estáis deseando descubrir el cotilleo...
Hace unos meses estaba un poco perdida. Quería hacerlo todo y no me apetecía hacer nada. Aun así... soy productiva. Escribo mucho y me disperso más. Me reconcilié con algunas novelas empezadas y conocí nuevos personajes que me enamoraron. Pero, en esos meses, me puse un objetivo editorial. Intenté escribir lo que sabía que querían y que vendería más que los proyectos que rondaban en mi cabeza. La historia salió con facilidad, me divertí, los personajes encajaron... pese a ello, yo no. Yo no estaba en ese punto. No era la novela, de hecho la terminaré algún día y lo haré satisfecha y encantada, pero no era su momento. Yo estaba en otro lado. En otros mundos. En otros tonos... tramas... estilos. No sabría explicarlo. Siendo sincera, a nivel carrera o proyección, digamos, sé que aquel proyecto era mucho más sencillo de sacar adelante que el que finalmente saldrá publicado a finales del 2019. Sin embargo, una vez más me guie por lo que me decía mi instinto y, gracias a la confianza de mi editora, decidí arriesgarme y sacar otra historia que encajaba mejor con lo que yo soy en este instante. ¿Gustará? ¿Cavaré mi tumba editorial? Vete tú a saber... solo sé que fui fiel a mí misma. Y uno esto con el siguiente consejo...

Escribe como si nadie fuera a leerte jamás

Porque... al final es lo que importa. Ojalá alguien me hubiera escrito esto en la frente cuando  comencé a crecer y me agobié con las expectativas, con lo que se esperaba de mí, con un montón de cosas. Lo pasé realmente mal y la ansiedad no es buena cuando debes enfrentarte a una publicación. Ojalá alguien me hubiera recordado que yo escribo para mí, por necesidad, y no por encargo de nadie ni para complacer. Y os adoro, lo sabéis, sin vosotras no soy nada, pero el día que comience a escribir lo que me piden y no lo que me nazca... ese día Neïra se habrá ido al garete.


Lidia con las críticas y transfórmalas en empuje

¡Qué duras son las críticas! Y cómo duelen... a nadie le gusta que le digan que su trabajo no está a la altura, pero la exposición tiene costes que debemos aprender a afrontar.
¿Os cuento un secreto? Lloré con la primera opinión negativa que leí de una de mis novelas. Me llevé un berrinche bueno (tengo que confesar que la crítica no era constructiva, digamos, así que no fue un trago fácil), pero después acepté que era una parte de este proceso y decidí que solo iba a llorar de alegría por las buenas o que si lo hacía por una mala sería por algo que me ayudase a mejorar.
En eso consiste, cógelas y transfórmalas en empuje para seguir, para avanzar, para demostrarte a ti misma que puedes superarte y evolucionar en tus puntos débiles.
¿Qué hacemos con las que son destructivas y no aportan nada? Hacer una pedorreta frente al teclado y seguir, con la cabeza alta.



No te compares con nadie

Entre otras cosas, porque no sirve de nada, solo para salir perdiendo y para frustrarte.
Hay una frase de Irene X que me encanta. Dice así:


Si nos lo aplicáramos más, el mundo iría mejor. No hablo solo del literario, sino en muchos otros ámbitos.
Con respecto a esto, quiero añadir que tampoco tengas muy en cuenta las comparaciones externas que hagan de tu trabajo. Si tienes la conciencia tranquila y sabes que lo que has escrito ha salido de ti, céntrate en eso y sigue caminando...

Sé tú mismo

Creo que una de las cosas más bonitas que le pueden pasar a una persona es encontrarse. Sea en el campo que sea. Dejar de buscarse en otros, mirarse en un espejo y aceptarse. Esto también se puede aplicar a las letras. 


Encuentra tu propia voz y dale alas. Solo consiste en eso.



Comentarios

  1. Jooooo, que bonito. Quiero que sepas que me ha venido a mi esta vez la llorera. Muchas gracias por los consejos, aunque sean de tu propia perspectiva, siempre vienen bien los consejos que te animan a seguir haciendo lo que más disfrutas.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, Bego!
      Gracias a ti por leerme y emocionarte!
      Al final los consejos... consejos son, pero si a alguien le sirven para seguir avanzando, ¡qué mínimo que compartirlos!

      Eliminar
  2. Muchas gracias por tus consejos subjetivos. Yo ya he caído en muchos errores e obviado consejos y me he caído con todo el equipo, pero sigo agradeciendolos. Un placer leer tu sencillez y sentirla, como siempre.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, Leonor!
      Al final ya sabes cómo es este mundillo, aprendemos un poquito a base de errores y aciertos, ¡es así! Lo importante es levantarse cada vez que nos caigamos.
      Besos!!

      Eliminar
  3. Me ha ido muy bien leer esta entrada, tendré paciencia. Gracias.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, Capuigeta!!
      Me alegro! No tires la toalla y a por todas!
      Un beso.

      Eliminar
  4. Qué preciosidad de texto y qué necesario se me ha hecho. Llevo un par de meses escribiendo una novela con la que llevo ya varios años (lo sé, soy pesada con ella y eso irá en detrimento mío, pero no puedo parar) y que voy publicando semanalmente con cierto miedo, porque no tiene la misma repercusión que novelas anteriores que sí me seguía bastante gente. Me causa mucho dolor porque mientras estoy con el documento abierto realmente soy feliz, pero siento que mi esfuerzo no merece la pena. Que alguien me diga que voy por el camino correcto, por favor. Odiaría abandonar esta historia, y necesito que alguien me diga que no estoy escribiendo en vano y, en cierto sentido, la entrada lo ha hecho, así que muchas gracias, Neïra.♥

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, Erika, creo que te contesté en GR, pero por si acaso lo hago también por aquí. Claro que no estás escribiendo en vano! Es primordial escribir para uno mismo y, lo demás, ya se verá... pero ten paciencia y disfrútalo, es lo más importante de todo.
      Un beso!

      Eliminar
  5. Yo me estoy animando a intentar escribir, de joven antes de ponerme a trabajar escribia y bueno en mi blog voy publicando cosas. Pero mi vida a dado un giro total por mi pequeño tuve que dejar el trabajo y me ha hecho plantearme cosas y no sabia si intentar adentrarme a escribir en serio. Pero oye tus consejos me animan a hacerlo y por que no? No pierdo nada solo el lidiar con el tiempo que me deja el enano y poder hacer algo ajajja. Muchas gracias Neira

    ResponderEliminar
  6. Me ha encantado la entrada. Tomo nota de todo, aunque yo ya caí en el error de tirarme a la piscina la primera vez sin salvavidas, pero gracias a eso sigo escribiendo hoy y estoy a punto de publicar con una editorial

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas más populares

Detrás del telón... TE ESPERO EN EL FIN DEL MUNDO

Polos opuestos

Valiente Vera, pequeña Sara.